cierra tus ojos vuelve a sentir,olvida todo lo que alguna vez te hiso sufrir,deja esos recuerdos en una caja cerrada, y conserva solo lo que te haga feliz, seca tus lagrimas, vuelve a sonreir.


miércoles, 23 de enero de 2013

Niégate a caer...


Si no puedes negarte a caer, niégate a permanecer en el suelo, eleva tu corazón hacia el cielo y, como un mendigo hambriento, suplica que te lo llenen, y te lo llenarán....


Puede que te empujen hacia abajo... 

Puede que te impidan levantarte....


Pero nadie puede impedirte elevar tu corazón hacia el cielo... sólo tú...

Es justo en medio de la desdicha cuando muchas cosas se aclaran... 



El que dice que nada bueno se ha conseguido con ello es que aún no está prestando atención....

Pedir Perdón


Pedir perdón debe ser una de las cosas más difíciles en la vida. Sobre todo cuando se hace a conciencia de que has cometido un error grande que merece reconocimiento.
Pedir perdón es respirar profundo, agachar el moño y admitir que eso que hiciste (o no) o dijiste (o no) estuvo mal y esperar que la(s) persona(s) acepte(n) tus disculpas. Es exponer tus defectos y estar abierta a las críticas. Pero, ¿cuántas veces se debe pedir perdón? ¿Cuánto tiempo hay que torturarse pensando en el mal que se causó?
He aprendido que cuando el acto de pedir perdón es sincero, solo se necesita hacerlo una vez (o dos veces, si el problema es realmente grave) y que si la otra persona acepta, en ese mismo se acuerda tácitamente dejar el mal rato atrás y todo lo que eso implica. Y si eso no pasa, no hay que seguir rogando por una disculpa, hay que tomar un paso al lado y esperar que las aguas se calmen y, si no se calman nunca, vivir en paz sabiendo que se hizo lo posible por recuperar la confianza.
De cualquier modo, pedir perdón es crecer, sobre todo cuando aprendes a perdonarte a ti misma por los errores que has cometido. Mal que mal, somos humanos y no estamos libres de equivocarnos.
Así que, si ya pediste perdón, ¡date un break! Que el tiempo y la paciencia todo lo pueden.
Un abrazo.